ay, llevo años escribiendo la misma canción
los versos inversibles de tulsa se me versifican
son ramas o raíces o tentáculos
ya van por mi cuello pero no me ahogan
mecen mis dudas y mi respiración
en ese lago se ha quedado a vivir la hora mágica
el tiempo ha quedado congelado y el agua fluye en bucle
con la magnificencia de un paisaje tarkovskiano
se oye un crujido constante, un ronroneo apático
que se clava en la hierba y en los capilares
un amarillo chillante y espeso
extenso abriéndose paso en la sangre
¿qué nos queda ante la inmovilidad
si no seguir moviéndonos?
si nuestro líquido se torna pintura
y el sistema sanguíneo se densifica
¿acaso queda otra senda?
nadie nunca se queda sin opciones
nadie nunca se queda sin fuerzas
aunque a veces nos ciegue la abundancia ajena
nadie nunca puede morir en vida
siempre queda un resquicio
una grieta por donde entra aire
que hay que saber buscar
y aunque el precioso lago en hora mágica
sea frío y no tenga oxígeno ni tiempo
y el miedo que emana cale
y quebrante todos los huesos
y los pies queden anclados en la hierba
y no tenga alas ni cola de sirena
y los cabellos queden rígidos
seguiré moviéndome y buscando el calor
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