Huyó del bullicio con la excusa de su falsa introversión. Si bien es cierto que jamás había sido una chica extrovertida, esta necesidad de clasificación que flagela y coarta la humanidad la había relegado al puesto de solitaria e introvertida. Y hubo un tiempo en que lo creyó. Si nadie quiere escucharte que sea porque tú no quieres hacerte escuchar.
Huyó del bullicio con la llave y se encerró ante un cielo que tenía tanto miedo de oscurecerse que oscilaba entre rojos, amarillos, verdes y azules. El camí més llarg per tornar a casa. Como quien se olvida cosas en tu bolso para poder volver a verte. Como escribir para no dormir y luego culpar al insomnio.
Huyó del bullicio y de su supuesto espejo, ahora opaco (que no negro), bajo el cielo miedoso de anochecer y el vehículo del mismo color que esa isla.
Cómo se rompió aquella noche solo lo saben los rojos, los amarillos, los verdes y los azules. Los pedazos iban quebrantándose a cada respiración, más y más, y más piezas. Cada vez más pequeñas. Y la ceniza no puede reconstruirse, solo recogerse y esperar que de ella pueda renacer algo o definitivamente quedarse muerta para siempre.
·
And I know I'm dead on the surface, but I'm screaming underneath.
No hay comentarios:
Publicar un comentario