17/8/13

Un frío pequeñito, diminuto.

A veces, cuando parece que el devenir de la vida fluye sin obstáculos, en medio del camino tengo frío. Es un frío pequeño cuyo origen desconozco por completo. Una especie de hielo que me anula, que corre un tupido velo en mis sentidos, cegándolos e inutilizándolos. Soy una especie de ameba antisocial, un ente indiferente que no puede alzar los ojos. Me cierro. Muy, muy adentro. Mucho. Tanto, que ni yo misma me doy cuenta de la existencia de ese frío pequeñito. Lo olvido y después, cuando vuelve, ya no me acuerdo de donde viene. No sé echarlo para siempre. Quizás no quiero. Quizás siempre estará adentro. Muy, muy adentro. Como yo.

2 comentarios: