De todo lo que tú acostumbras soy contradicción (porque si no vienen las tormentas me las creo yo.)

Es en este agujero donde viven las cucarachas que pretenden acallar mi caos. Pero mi caos es furioso y cuando se ve atascado se desata en llamas, en destrucción, en bruma. Poco a poco, día tras día, me he ido haciendo pequeñita, diminuta como el polvo, y mi caos me ha devorado, enfadado conmigo porque no lo he dejado fluir. Pero no tengo espacio. Cuanto más pequeña soy menos espacio tengo. Otra de mis contradicciones. O no. Quizás algo tiene sentido. Soy tan pequeñita que nadie escucha mis gritos. Solo los seres especiales son capaces de oírme, por eso son especiales. Son como estrellas que brillan más que el rastro fugaz de sus muertes, pero que se quedan. Y entre tanto caos existen ojos que a cientos de kilómetros, aunque a veces estén lejos y ausentes, están ahí. Mientras yo fabrico tormentas y construyo montañas con granitos de arena. Mientras mi caos, atacado por los gusanos que devoran el ambiente de este pozo, va arañándome. Mientras, tú, siempre intermitente, apareces y, con tu paz, incendias mi respiración.

!

Nos querría ver explotar entre luchas y temblores. Unas letras vagando al compás de un piano, una garganta quebrantándose con las cuerdas de una vieja guitarra. Despojarnos de las cadenas que atan nuestras conciencias a lo que nos han vendido (evidentemente, hemos pagado por ello como lxs grandes idiotas que somos, todo se vende) que es la existencia. Aprender que la libertad no es sinónimo de lo que impregna nuestros días. Dejar de creer en utopías y pasar a luchar para realizarlas. Concretar lo abstracto y hacer de nuestras ideas una realidad. La vida es una lucha que nadie libra por miedo a no saber cómo quemar el mundo, porque nadie nos ha enseñado que podemos empezar de nuevo, regenerarnos.

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De las dudas infinitas,
de eso va todo.
De no saber qué significa un tú,
de no saber hacia dónde van las canciones,
de desear que vayan en la misma dirección que yo.
De no tener tiempo
pero saber que ya no puedes volver,
del deseo de pertenecer
a miradas que no estén huecas.
De las dudas infinitas,
de no saber dónde perderse
ni dónde encontrarse.

Belice.

Belice no es un lugar, es un ambiente, una aura que llena de hedor un espacio en paz. Hay muchos sitios impregnados de Belice. Estos se convierten en zonas de árida amabilidad, de miradas prefabricadas y ciegas, de vehículos que falsamente conducen hacia adelante y no hacen más que retroceder. Si cada vez que me pretendo ocultar, tú me conviertes en gigante y tus ojos son dos prismas devolviendo oscuridad. Belice es una enfermedad que llena agujeros en un mundo donde lo raro es encontrarse terrenos vírgenes. Es un parásito amante del desprecio que cubre de ignorancia las mentes e inutiliza las razones, deja vacíos a lxs sujetos a quienes atrapa, les roba el entendimiento y lxs hace simples. Felices estúpidxs. Belice es una mentira grande y jocosa, soberbia, es un engaño que nos ciega por completo. Nos convertimos en robots y culpamos de nuestros males a otrxs, porque somos incapaces de reconocer nuestra debilidad e ignorancia.

Pero reconocer a Belice y saber despreciarlo es un sentimiento. Algunas bases no resisten; y es que no todxs caen presxs de los tentáculos viscosos de Belice, hay quienes saben ver más allá y saben decir que no, no me convences... Hay quienes prefieren evaporarse entre esta multitud de cadáveres, aunque no se crean capaces, hay quienes usan su cobardía para alzarse y convertirse en pequeñxs valientes y escapistas. Ya nadie habla de las maniobras de escapismo, pero los seres asustadizxs las seguimos usando como el oxígeno. Y es que si puedo escapar... es con la mente y no gritando a vacíos saturados de la falta de voluntad por avanzar, de la comodidad de la ignorancia.

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Lo peor es que sigo creyendo que puedo curar a la gente de Belice,

que sigo hablando sin cesar y que sigo chocándome una y otra vez con las mismas paredes,

incluso contra las más queridas.

Es en estos momentos de hielos que no crean incendios cuando Belice

encuentra otros agujeros por donde poder introducirse y...

Miedos viejos que se transforman en miedos nuevos.

¿Quién controla los sueños? ¿Cuál es el culpable de ellos? ¿Por qué a veces aparecen sin más y se clavan? Mis ojos se acabarán volviendo amarillos de miedo, porque los viejos y los nuevos fantasmas se reencuentran en los subconscientes dormidos. Se transforman y aparecen de golpe, y sueñas, y sufres, y la respiración toma un rumbo independiente al bombear de la sangre. Igual no hay tanto camino recorrido, quizás el salto se invirtió con su huida, pero aquí no hay cambios. Los temores viejos se transforman en temores nuevos, pero son las mismas ansiedades. Nueva vida, nuevo disfraz.

Puede que en realidad sea todo mentira, que no evolucionamos. Tal vez somos islas inamovibles, estatuas rodeadas de nada; no hay sendas, tan solo decisiones que cambian de color nuestro alrededor. Quizás sea verdad esto y nada tenga sentido.

~

te quería decir que había visto tres estrellas fugaces
un mes, un verano,
casualidades que se desvanecen por no ser compartidas
desapareciste de repente
y aunque te buscaba, te seguías alejando
sutilmente
y yo no sé si esto es real o solo distopías que me invento
pero te echo de menos
y no sé cómo explicártelo, me da miedo la eternidad de un silencio

.

quizás es este lugar
sumado al echar tanto de menos
-no sabía que eso se sentía tan fuerte
tan adentro
por tantas personas-
y hay puños que encierran sueños
y desgarran las entrañas

y dime cuál va a ser la manera
de poner fin al disparate
de pensar que es fácil
que seguro saldrá
y luego ver que nada de esto sale

pero mis alas son fuertes
rompen barreras
queman miradas
arrasan las sendas

y encontrar la manera de seguir peleando
acostumbrándonos a volver a caer
porque aunque tragues agua
debes seguir nadando
si es que no quieres que te arrastre la corriente
para siempre
al fondo de
la mar

porque aunque esto sea mi pozo sin fondo
siempre podré saltar otra vez
una y otra vez, sin parar
siempre podré escapar
las miradas ya no arañarán jamás
no volveré a ahogarme en el mismo agujero