30/9/14

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Frenó en seco en mitad de la nada. Como queriendo parar el tiempo dejó de correr. ¿Qué había estado haciendo? Pero nada se detuvo. La vida seguía corriendo a su alrededor. Frenética, interminable, abominable. Miró a su alrededor y no reconocía nada. Todo aquello que la había mantenido en sus cabales había cambiado. Seguía ahí, pero no era lo mismo. Tenía la sensación de haber comido algo dulce después de horas y horas comiendo salado (o al revés). Pero no reconocía ese sabor. Miró a su alrededor y se sintió perdida otra vez. Lo único diferente esta vez eran los ojos, ya no miraban hacia ella nunca porque ella era invisible, y las almas. Las almas especiales desaparecen, porque parece ser que solo se salta una vez en la vida. Y, aunque sintió un miedo terrible, no gritó. Se puso a andar con la mirada perdida, sin intentar llegar a ningún sitio pero yendo a todas partes.

12/9/14

Sinsentido.

Hay pedacitos de música que oprimen pulmones entrecortando respiraciones en momentos intemporales de vidas no durmientes, pero estancadas. Es entonces cuando el mar se vuelve oscuro, hediento, amarillo desconfianza, naranja miedo. Pero las aves susurran vientos que oxigenan pulmones clausurados y las hormigas recorren venas a cada pálpito desesperado de esperanza. Existen las cosquillas en el interior de las costillas y las punzadas detrás de las miradas que encierran horizontes en mentes que viajan demasiado lejos. Siempre en exceso. Los excesos de las mentes nos hacen dementes y este no ir pero avanzar entre letras sin sentido que se convierten en un intento de poesía barata no tiene ninguna lógica. El fútil caminar desaliñado, la inercia autocompasiva por ningún motivo, el dejarse llevar por pereza.

A veces los caminos son laberintos cuando los pilares que nos sostienen no están cerca.

6/9/14

A veces - La Otra

"A veces siento morir la conciencia. Todo se para. Dan ganas de marchar a ninguna parte, aunque solo sea para no pensar un ratito, para olvidarme. Dan ganas de ser artista y vivir para mirar la belleza solamente, amar a muchos hombres, a muchas mujeres. Lamer labios, acariciar cuerpos, que vengan mil mariposas detrás de una mirada. ¿De qué sirve escapar si al final siempre volvemos a despertar? ¿De qué sirve volar y olvidar el sol si se funden las alas? ¡Basta ya de construir puentes de cristal que desaparecen siempre que intentas cruzar! No me vale escapar sin luchar y dar por perdida la realidad.

A veces sueño despierta y todo se para. A veces la sinrazón me tienta, me engaña y me obliga a creer que solo quedan esos detalles que hacen que vivir sea bello aunque el mundo sea una mierda. ¡Cómo si no existiese otra manera! ¿De qué sirve escapar si al final siempre volvemos a despertar? ¿De qué sirve volar y olvidar el sol si se funden las alas? ¡Basta ya de construir puentes de cristal que desaparecen siempre que intento cruzar! No me vale escapar sin luchar y dar por perdida la realidad."



(Hay canciones -como esta- que se clavan,
melodías de palabras que parece que hablen de unx mismx.)

4/9/14

hermético

Era como arañar una superficie de hierro. Estaba ahí, conmigo, pero yo no podía causarle ningún efecto. Podía hablarle durante horas sin recibir ningún tipo de respuesta y tenía la capacidad de arroparme con su calor o absorber todo mi frío cuando el sol le hacía brillar.

(Y yo no tenía intención de moverme.
Una vez hube llegado lo último que quería era largarme.)

1/9/14

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(Aunque quizás no sé echar de menos, y de tanto hacerlo estoy empezando a echarme de más a mí misma. Perdiéndome el poco respeto que había podido ganar. Hundiéndome y encerrándome como siempre en mis tinieblas. Donde me sobro. Y sigo necesitando huir y sigo sin saber hacerlo. Solo sé aullar gritos ahogados en silencio desde mi habitación oscura encarcelada en mi música deprimente con olor a tabaco y a cerillas.)

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Creo que me sorprende echar tanto de menos porque jamás había sentido que pertenecía a nada -ni un lugar, respiro u olor- y de repente encontré mis raíces en ojos resplandecientes, en calles de noche mojadas de tráfico y luces, en respiraciones que sincronizaban con la mía perfectamente desde el primer momento.

Es que da igual las veces que se digan las cosas. La propia vida es eso que empieza cuando las decisiones las toma una misma, cuando mis pasos trazan el sendero y marcan su ritmo. Mi vida no es eso que me obligan a emprender al nacer, mi vida es esa aventura que empieza cuando me dí cuenta que la sensación de desarraigo que me invadía era fruto de mis no decisiones. Al final todo se basa en las decisiones que una toma, en el saber elegir y hacerlo bien (siempre se hace bien, porque si nos equivocamos, de hecho podemos seguir eligiendo). En poder echar raíces en los ambientes, en las personas. En poder cuidar esa gente especial que se cruza por tu camino. En saber decir adiós cuando las rutas deben separarse. En saber avanzar según un criterio propio. En saber elegir y hacerlo bien.