Del 2013 me llevo el salto enorme que conseguí dar con Júlia y solo gracias a ella. Todo lo demás anterior a septiembre lo tiro a los leones, que se lo zampen las asquerosas larvas de cualquier animal, que se queme y destruya como si lo tocara lava ardiente. Que lo pisoteen, lo vomiten. Lo que sea. Que lo desintegren. Llevo conmigo 5 almas preciosas que he encontrado y que me han encontrado a mí. Me llevo entes brillantes y un aroma a proyectos futuros, un sabor como de pertenecer, que todxs formamos parte de algo genial.
En 2014 espero poder dejar de esperar. Aunque eso ya es una esperanza y tanto esperar va a acabar desesperándome.
Y, bueno, todas esas mierdas.