. . .

He de començar a assumir ja que les coses boniques els passen als altres, no a mi.

Que les pel·lícules són pel·lícules, per molt que les estudiï no són reals.

Que l'amor és un regal per als més privilegiats.

Que el món és magre, està podrit.

Que no queda res més per a mi que l'ombra dels somnis.

Sempre estaré al darrera. Amagada. L'amiga de. Aquella noia dels cabells estranys, la que gairebé no parlava. La de la mirada fugissera, la del cap baix. Constantment ocultant-me, a la vista de tothom per a que algú em rescati.

("Es como cuando sueñas

que nadie te ve

y sigues dando pistas

por si alguna vez...")

Miedo.

Todo me rehuye y este agujero sigue siendo como era. En el fondo no ha cambiado nada. Absolutamente nada. Sigo siendo la que se esconde, la que sueña, la que no actúa. Soy la misma que espera miradas sin ser capaz de mantener contacto visual con las personas, la que siente que explotaría de ganas de hacer miles de cosas pero se esconde por vergüenza. La soledad hierve en mí y me hace débil. Es un bucle, un ciclo vicioso que hace que me acabe escondiendo siempre no sé muy bien de qué. Pero sigo teniendo miedo. Un miedo extraño que me abruma en las noches turbias y me hiela aún más.

(stuck in reverse)

De la mateixa manera que el buit no s'esvaeix
tampoc desapareix l'ombra de tot el que hagués pogut ser.

Una vida,
uns ulls,
unes paraules.

I jo m'enfonso entre els somnis
d'un passat inexistent
i els records
d'un futur que mai vindrà.

/

no existe nada más
estas ganas de llorar
y su imposibilidad
las lágrimas se esconden en mi pecho
se amontonan gritando en silencio
golpeando pinchazos de hierro

hay vacíos que jamás se llenan
hay puzzles que no se pueden resolver
                                              (quizás perdí piezas por el camino)
hay círculos incompletos

la simetría del mundo no existe
no para mí
y buceo sola en una pecera diminuta
chocándome contínuamente con sus cristales
paredes-cárceles

sueños que
como burbujas
se elevan hasta estallar
en la superficie de la realidad

los cuchillos de las miradas
el ácido del aire

-

Es increíble que ya sea navidad. Que hayan pasado tantas cosas en tan poco tiempo, que todos los engranajes funcionan, las piezas empiezan a encajar, que siento por primera vez en mi vida que puedo formar parte de algo. De algo bonito, además. Con personas que brillan más que respiran. Con mi cámara en las manos y el cine por mis venas. Sin embargo aún faltan piezas. Y es una mierda, porque cuando por primera vez en mucho tiempo siento que las cosas están bien, que soy de algún modo "feliz", aún hay piezas que faltan. Hay ausencias que arañan mi respiración. Hay vacíos que jamás sabré cómo llenar...

¿?

Se siente pequeña.

Diminuta.

Vuelve a la infancia.

No, incluso entonces entendía mejor las cosas que ahora.

Y otra vez aparece la bella contradicción de amar los múltiples significados, las ambigüedades, la polisemia y la inexactitud, pero de odiarlos a la vez. Esto es lo que cubre sus días.

Inconexiones (que no desconexiones).

Contradicciones.

Sinsentidos.