19/1/16

Tu huída

Podría escribir una lista infinita
que incluyera todos los porqués, cuándos y cómos
tus ojos van a palpar mis ponzoñosas esquinas
y van a desandarse todos los besos,
desanudando a su trazo las líneas viajeras
de la espalda hasta los labios.
Podría escribir una lista tan infinita
que antes de yo empezarla
ya habrías recorrido el retroceso,
olvidando la meta, huyendo
más allá de la línea de salida.
Podría escribir tantas y tantas cosas...
Podría escribir incluso tantras,
o patrañas de esas de debajo de las mantas,
o caricias que escalan pieles como arañas,
o esos olores fríos dibujados por miradas.
Podría escribir y vomitar,
sin parar,
sin freno,
condenada
al frenesí
del miedo,
del pavor,
del terror,
a esa verdad
que me engulle
y me ahoga,
que me zambulle
y me dispara,
me acaricia
y me apuñala.
Escribir
sin parar,
sin freno,
condenada
al horror
de tu huída.
Podría hacerlo eternamente
y tú seguirías apareciendo
con tu sonrisa vacilante,
tu mirada inocente
y tu gesto valiente,
para desintegrar todos mis miedos
con millones de aviones de papel.

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