14/9/16

Pablowski, el poeta

Los versos en adagio emanaban de su garganta
para hacer nido en mi sangre
como en tinta los tenía clavados en su bíceps.
Y yo, presa de su voz,
sentía su dolor penetrar por cada poro,
agua espesa, desazón.

-El poeta se saca el corazón del pecho y te mancha con su sangre,
y tú no te apartas, tú recibes, tú vives y respiras
el mismo aire que le ahoga, le inspira y le encarcela.
Y tú, la segunda persona de mi yo más altiva,
ansía convertirse en ese poeta aún sin atreverse ni siquiera
a mirarle a los ojos cuando ya no está recitando.-

Los versos en adagio emanaban de su garganta
y el poeta se quedó a vivir para siempre en mis sienes.




Cada vez que veo recitar a Pablowski acabo temblando, con la piel de gallina y los ojos húmedos. Cada vez que veo recitar a Pablowski mi admiración es tal que se convierte en inspiración y mis dedos tímidos intentan hacer de su voz pausada la quimera de mis versos. Cada vez que veo recitar a Pablowski lo tomo como ejemplo de lo que es y debería ser un poeta.

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