13/12/16

noCTRL/at-ALT

Aquí la gran defensora de
la felicidad es algo mucho más decidible de lo que se cree,
desconoce el control de la gran línea divisoria.
Hay tantos grises en mí 
que los límites se pierden
y lo irracional se apodera de lo tangible. 
Vista, oído, olfato, gusto y tacto disfuncionando.
Desrealidad contorsionada
y todo un circo de latidos
subiendo subiendo subiendo
des del estómago
destino a esófago
y apagón de garganta.


Perder el control es dejar las palabras nacer cuando la respiración muere
(pese a los potenciales ojos u otras mantas casualmente atentas). 

No hay comentarios:

Publicar un comentario