7/5/14

/

No sé escribir cuando no estoy mal. Soy un saco lleno de nada que tan sólo se vacía cuando la mierda lo invade sin remedio. Quizás es eso. Soy un trozo de piel bizarra y vacía. ¿Venas con humo y palabras? Eso jamás ha sido cierto, aunque intentara creérmelo. Soy una roca rígida que se resiste, no se deja llevar, no desiste en su fuerza. Quizás el salto no lo acabé de dar bien. Puede que cayera mal, que me torciera el pié y aún vaya coja. Avanzo a velocidad de caracol. Un caracol que no ha dormido, que está fumado y tiene resaca, además. Me muevo deslizándome a trompicones, sigilosa y temerosa. Cauta, analizo durante todos y cada una de las tramas que se abren ante mí antes de introducirme en ellas. La inseguridad es algo que no he perdido. Que jamás perderé. Que soy una ameba antisocial por convicción y por falta de inteligencia. Que aún dudo al andar, sigo dudando años por cada pasito que doy. Que a veces aún me creo que no sé ni respirar o parpadear. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario