29/8/15

(No entenderse o hacerlo demasiado)

De ir y venir y ya
no saber cómo ponerse.
Haberse reincorporado
demasiadas lunas.
No hay postura funcional,
el colchón sigue abultado.
De pilares que se van,
pilares que no vuelven,
pilares insustituibles.
Pilares cuyo regreso
no se puede suplicar.
De mirar a ciegas desde el gran árbol
hacia el lado oscuro del satélite,
allí donde las almas solían olvidar.
Y es así cómo se suceden los soles
que jamás dieron calor,
que siempre irradiaron sudor.
Así, día tras día, sustituyéndose
entre idas y venidas,
sin saber aún cómo ponerse.

2 comentarios:

  1. Hay pilares y hay sonrisas que no se pueden reemplazar, que permanecen tatuados en todas las partes de nuestra memoria. Y duelen... Eso me ha hecho pensar tus palabras :) Son geniales.
    Un besito, Esencia.

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    1. Ay, qué bien me sientan los comentarios que sueles dejar. Mil gracias siempre :)

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