5/6/16

Soy un montacargas

Hoy me apetece hablar de amistad.
No por la rojez de mi sangre,
sino por lo roído de mi columna vertebral.

Amistad no es la tranquilidad
de pender de un hilo
sabiendo que abajo hay fijo
un colchón mullido.
Amistad es pender de un hilo
y aún así estar pendiente
de ser colchón,
de ser manta,
de ser calor
y de ser corriente.
Olvidar el quebrar del hilo,
como la propia muerte,
pues cada respiración salvada
declara mi corazón henchido.

Mi columna está llena de hilos.
Al final de cada hilo, un peso.
Y al final de cada peso, un vacío.
Debajo, tan solo mi atención.
Debajo de mí,
tan solo lumbre.

Y mi esternón también pende de un hilo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario