15/11/19

Mecánica inerte

Hay un huequito dentro
de mi caja torácica.

De normal sé ignorarlo,
acallarlo, anestesiarlo
e incluso “controlarlo”.
Pero, en realidad,
se trata de una esponja
que absorbe y acumula;
una membrana finísima
retiene el líquido en muros
llenos de clavos y espinas.
Y la piel retiene
y acumula
y absorbe
y llena
y rebosa
y aprieta
y yo silencio
y se hincha
y yo ignoro
y se agranda
y yo anestesio
y crece,
y sigue creciendo
tanto, tanto,
tanto, que cuando desborda
y los clavos desgarran mi sangre
no siento nada.
Y la nada en la sangre
se expande al cuerpo entero.

Todos los recovecos muertos.

El cuerpo se separa de la mente
y, esta, desaparece del planisferio.

Soy una mecánica inerte
de huesos, músculos y vísceras
que deambula deshabitada.

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