4/9/14

hermético

Era como arañar una superficie de hierro. Estaba ahí, conmigo, pero yo no podía causarle ningún efecto. Podía hablarle durante horas sin recibir ningún tipo de respuesta y tenía la capacidad de arroparme con su calor o absorber todo mi frío cuando el sol le hacía brillar.

(Y yo no tenía intención de moverme.
Una vez hube llegado lo último que quería era largarme.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario