30/9/14

*

Frenó en seco en mitad de la nada. Como queriendo parar el tiempo dejó de correr. ¿Qué había estado haciendo? Pero nada se detuvo. La vida seguía corriendo a su alrededor. Frenética, interminable, abominable. Miró a su alrededor y no reconocía nada. Todo aquello que la había mantenido en sus cabales había cambiado. Seguía ahí, pero no era lo mismo. Tenía la sensación de haber comido algo dulce después de horas y horas comiendo salado (o al revés). Pero no reconocía ese sabor. Miró a su alrededor y se sintió perdida otra vez. Lo único diferente esta vez eran los ojos, ya no miraban hacia ella nunca porque ella era invisible, y las almas. Las almas especiales desaparecen, porque parece ser que solo se salta una vez en la vida. Y, aunque sintió un miedo terrible, no gritó. Se puso a andar con la mirada perdida, sin intentar llegar a ningún sitio pero yendo a todas partes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario