10/7/15

El grito

¡¡Eres mi cárcel!!
Le gritaba al espejo.
Le gritaba al espejo
como si de una ventana se tratara
y el viento transportara
sus gritos hacia la libertad.
Y la magia le gritaba otra vez más
no existo,
no existo,
¡que no existe la magia de un grito!
No hay roces
que se derritan en bosques,
como dentro de las conchas
es imposible oír los mares.

Si embargo no hay más cárcel que la propia piel
cuando nos empeñamos en hacerla cemento.
¿Cómo alzar al vuelo
cuando nos dormimos a morir?
Amanecimos anestesiades
y nos cortaron las alas
para transformarnos en reptiles.
Y nos secamos
          quemamos al sol.
Nos dejamos arder entre latidos veloces.
Nos desentendemos del valor.
Nos entregamos a morir.

1 comentario:

  1. Y le gritaba a su reflejo,
    Siempre hay espejos, siempre hay excusas.

    Un abraz✴

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