27/7/15

El verano del puzzle cambiante.

Desllueve sobre seco,
con todos los roces mudos,
ascendiendo del silencio,
recolocándose en la ruleta.
Esta rueda que gira y revuelve,
que me estruja las tripas
y me aprieta las (sin)razones al corazón,
y toda esta desazón
se cose en mi garganta
y en sus grietas amargas.

Los veranos son naranjas
y yo una esponja
escondida y temerosa.
Los veranos son ese temblor
que me hacía jurar
que estoy tan sola, tan sola,
que podría morir del miedo.
Mis veranos son de palos,
no de polos, aunque sí son helados.
Mis veranos son la ironía
que precede la tormenta,
tan solo un vacío
que anticipa la nada.

No respiro.
Las piezas no se detienen,
nunca olvidan dar otro giro.
El calor hizo de este puzzle
un irónico y veloz cambiar.
Eterna es la idea.
Todo vuelve,
la historia es siempre la misma,
no cambian las fuerzas
que me oprimen el pecho.
Distintas miradas
mismo color.
No respiro.
Que no,
¡que no respiro!
Que nada es todo
y todo es continuo.

2 comentarios:

  1. Duele, especialmente por eso, por ser verano. Confío en que en uno de los cambios te llegue un buena brisa fresca que haga coger nuevo aire para los pulmones!
    Un besazo y enhorabuena por esos juegos de palabras.

    ResponderEliminar