15/7/15

Ella solo minaba

El cuerpo era demasiado grande
para seguir viviendo dentro sola.
Sin embargo, cuando ella llamaba a la puerta,
oía pasos y mirillas,
pero ningún umbral que se abriera.

Y así ella solo ca-minaba.
Siempre errante, siempre decreciente,
siempre en pie
arrastrando los pedazos
que todos los días se iba arrancando.

(De cuando de tan perdides, de tan revueltes,
nos despellejamos sin motivación ni objetivo.
De cuando sueñas más que duermes y los ojos
pesan todas las mañanas tras despertarte 7 veces.)

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